La Convención sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, que celebró su 60 aniversario el 10 de junio de 2018, se redactó en un momento en que Internet aún no existía. En 1958, la forma más moderna de comunicación eran los telegramas, que se mencionan explícitamente en el párrafo 2 del Artículo II de la Convención. Sin embargo, los telegramas han sido reemplazados hace mucho tiempo. Hoy en día, en la era digital, Internet y las modernas tecnologías de información y comunicación plantean desafíos para la aplicación de la Convención. Debido a su éxito, la Convención nunca ha sido enmendada y, por ello, no se ha mantenido al día con los avances de la tecnología. Es un ejemplo clásico de un instrumento jurídico que ha quedado a la zaga del progreso tecnológico. Las brechas ya existentes se están ampliando a medida que avanza la tecnología, por ejemplo, con el desarrollo de aplicaciones de inteligencia artificial disruptivas que podrían reemplazar algún día a los árbitros humanos. En este contexto, se ha planteado la cuestión de si la Convención ofrece una base adecuada para la ejecución de laudos arbitrales transfronterizos en línea y de acuerdos de arbitraje en línea, y de cómo se pueden superar sus defectos.